Inicialmente desde los jardines romanos, la melisa suele adaptarse bien a ciertos jardines no por su belleza, que incluye flores muy agradables de ver, sino por su agradable olor. Se suele usar como delimitadora en muchos jardines, encontrándose así al borde de estos.
Se puede consumir como un té, tomar como suplemento o extracto, o aplicarse a la piel en bálsamos y lociones. El aceite esencial de melisa también es apreciado en la aromaterapia, donde se cree que promueve la calma y alivia el estrés.
Agua: mantenga el suelo humedo pero sin acumulacion de agua
luz solar: a pleno sol, sol parcial.
Sugerencia para las macetas: Necesita un exelente drenaje.
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